domingo, 27 de marzo de 2016

¡Hola chicos y chicas! 
Con estas actividades reflexionaremos sobre el trabajo del historiador.
              La palabra “historia” tiene dos sentidos. Por un lado, hace referencia a la sucesión de acontecimientos que ocurrieron en el pasado. Por otro lado, alude al relato de esos acontecimientos que efectúa el historiador. Los historiadores, al realizar su trabajo, reúnen los dos sentidos: parten del presente para conocer el pasado, investigarlo y convertirlo en un relato.
         Los historiadores siempre escriben desde su presente, es decir, para pensar la historia utilizan conocimientos, imágenes y conceptos que tienen disponibles en su época.
         Pero el pasado no se presenta completo, sino que solo se muestra a través de huellas o vestigios que el historiador debe buscar e interpretar, por ejemplo, restos materiales, documentos y testimonios orales de protagonistas de los acontecimientos. El trabajo del historiador es, entonces, la reconstrucción del pasado a través de sus huellas y la elaboración de un relato acerca de ese pasado.     
         Sin embargo, no existe un único relato de la historia. Puede suceder que ante los mismos acontecimientos, distintos historiadores realicen interpretaciones diferentes, guiados por su propia formación científica, sus ideas sobre el mundo y sus intereses.
Analía Rizzi y Bárbara Raiter,Una historia para pensar. Moderna y Contemporánea, Buenos Aires, Ed Kapelusz, 2011

LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
Podemos decir que la Historia es una ciencia porque tiene un método de investigación científica que sigue de manera rigurosa. ¿En qué consiste el método histórico?
Lo primero que debe hacer un/a historiador/a es delimitar lo que quiere estudiar, es decir, debe elegir el período temporal, el lugar y el tema que le interesa investigar. 
Como la primera elección es muy general y amplia, el segundo paso consiste en delimitar con precisión qué se quiere averiguar, cuál es el problema que se intenta resolver. Para esto es necesario formular preguntas. Las más habituales son por qué y cómo sucedieron los hechos. A lo largo de la investigación irán surgiendo nuevas preguntas.
El tercer paso plantear una hipótesis. Por lo general el historiador, al comenzar su investigación, tiene algunas suposiciones o sospechas sobre el resultado final de tu investigación: a estas suposiciones se les llama hipótesis. A lo largo de su trabajo comprobará si sus hipótesis fueron acertadas -o no- y es probable que, en el curso de la investigación, las vaya modificando.
Ahora bien, ¿de dónde sacan la información para refutar o comprobar sus hipótesis? El/la historiador/a obtiene información del pasado a partir de las fuentes. Estas pueden ser primarias (cartas de la época, restos arqueológicos, testimonios orales de personas que vivieron el acontecimiento en cuestión, etc) o secundarias (son denominadas también historiográficas ya que éstas son libros o artículos elaborados a partir de fuentes primarias). Por ejemplo, para estudiar la vida de San Martín y su pensamiento podemos tomar como fuente primaria sus cartas, sus anotaciones, etc y, como fuente secundaria, libros y artículos escritos por otros estudiosos del tema.
Por supuesto que el/la historiador/a debe averiguar si las fuentes son verídicas y luego las tiene que analizar, interpretar esa información para, finalmente, obtener las conclusiones.
El/la historiador/a puede obtener información muy valiosa, por lo cual es fundamental que, luego de realizar la investigación la de a conocer. Los medios más habituales para su presentación son los libros, artículos, conferencias, exposición de la investigación en congresos y realización de documentales.


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