Luego de dos siglos de paz en el imperio romano (siglos I y II) las cosas empezaron a andar mal. Durante esos dos siglos, por temor a algunos pueblos vecinos del imperio, los emperadores habían hecho construir muros defensivos a los cuales llamaron LIMES (de ahí viene la palabra límite). Con el tiempo esas defensas cubrieron prácticamente todo el perímetro del imperio romano. Todavía se pueden ver algunos restos que se conservan desde aquella época.
Sin embargo, a pesar de todo, a fines del siglo II los bárbaros atravesaron el limes y entraron al imperio romano en varios lugares. Esto era totalmente inesperado y les provocó muchos problemas, que fuimos tratando de ver lentamente.
En primer lugar mencionamos que el ejército no estaba preparado para la tarea de detener a los bárbaros. Era necesario tener más soldados, más legiones, más transportes, alimentos, armas.... y todo esto costaba mucho dinero, además de requerir un gran esfuerzo de organización.
Lo que pasaba era que, Europa estaba pasando por una época terrible desde el punto de vista climático, y la producción de alimentos se reducía cada año un poco más.
Para el emperador esto era muy malo, porque sus recursos provenían de los impuestos, y los impuestos estaban en relación con la cantidad de producción. La producción descendía, la recaudación de impuestos también... y justo en el momento en que necesitaba más dinero para el ejército que debía marchar a las fronteras a detener y expulsar a los bárbaros.
Además...porque no solo el emperador tenía problemas, los productores que se veían afectados por la disminución de la producción intentaban resolver esta situación de alguna manera. Intentaron subir los precios, pero no fue efectivo. No tenían suficientes compradores, y más bien cada vez más todo aquel que tenía algo corría el riesgo de ser atacado por bandidos y ladrones que no tenían otra forma de vivir. Muchos eran esclavos liberados o expulsados por sus propios dueños al no poder mantenerlos.
En conclusión, la inseguridad fue tremenda y cada vez mayor en todo el imperio, pero particularmente en las ciudades.
Las medidas tomadas fueron:
Como tenían menos dinero porque había menos producción tuvieron la idea de subir los impuestos, cobrar un porcentaje más alto. Esto resultó lo opuesto de lo que se proponían. Algunos productores se negaron a pagar (en realidad, no podían hacerlo) y otros simplemente dejaron de producir porque estaban verdaderamente agobiados por la situación. Algunos se refugiaron en monasterios, otros se fueron al ejército, otros trataron de hacer una nueva vida en otro lugar, otros se unieron a bandas de ladrones y salteadores.
Entonces intentaron otra solución, que tampoco resultó y contribuyó a agravar más la crisis. Decidieron devaluar la moneda. En aquella época las monedas eran de metal precioso (oro o plata) y valían por sí mismas (no como nuestros billetes y monedas). Para devaluarlas las derretían y les agregaban un metal menos valioso, como el cobre o el plomo. En un primer momento, el emperador resolvía el problema porque tenía más monedas para pagar a los soldados o para comprar las provisiones para el ejército, pero luego, como esas monedas contenían poco metal precioso, había que entregar más monedas que antes para comprar una cosa. Esto provocó una inflación de precios, que se sumó al proceso de carestía que habíamos visto la clase pasada, relacionado con la disminución de la producción de alimentos.
Finalmente, hablamos de la ANARQUÍA MILITAR.
En esas circunstancias, era comprensible que el prestigio del emperador se viera muy disminuido. No podía proteger al imperio del ataque de los bárbaros, tampoco podía garantizar la seguridad interna, la alimentación...etc
Entonces sucedió que, primero en algunas regiones y luego por todos lados, grupos de soldados empezaron a proclamar emperadores a sus jefes militares porque los veían como una autoridad efectiva en la lucha contra los bárbaros. Esos nuevos emperadores gobernaban una región tal vez no muy extensa, y lo que sucedió con la mayoría de ellos fue que duraron poco en sus cargos y murieron violentamente. Eso sucedió también en la propia Roma.
Es por esto que los historiadores denominan a este período ANARQUÍA MILITAR, porque no se sabía efectivamente quien gobernaba el imperio romano en esa época. Había una gran confusión y caos en este sentido, que se agregaba al problema de la inseguridad, el hambre, la carestía...
Entre los años 235 y 284 hubo al menos 74 emperadores que gobernaron sucesiva o simultáneamente en el imperio romano, de los cuales solo 4 murieron de muerte natural.
Intentando solucionar la crisis
La crisis del silgo III había dejado al Imperio romano muy debilitado. La misma había dejado como huellas una gran inseguridad, descreimiento en las autoridades (emperadores), problemas económicos, y la gran debilidad del ejército.
En el año 285 Diocleciano es nombrado como emperador. Este intentará solucionar los problemas que había traído la crisis realizando una serie de reformas. Lo primero que observó que el imperio era demasiado grande razón por la cual decidió dividirlo en dos. Pero para eso necesitaría otra persona que también gobernará. Es aquí donde decide que era necesario que existieran dos emperadores (en este período serán llamados Augustos). Maxiniano. Pero ambos continuaban considerando que debido a la situación en que se encontraba el imperio era muy difícil gobernar así, como solución a este problema se crearon los cargos de Cesar. Cada augusto tendría un César.
Uno de los principales cambios que hizo fue marcar una nueva capital ubicada en la vieja polis griega llamada Bizancio a la cual el llamará “Nueva Roma” y luego de su muerte se denominará Constantinopla. Otro de los cambios que realizo fue la aceptación del cristianismo, que anteriormente había sido perseguida.
Otra de los cambios realizados por Diocleciano fue sacar a Roma como única capital del imperio. Ahora el imperio tiene más de una capital y las mismas se encuentran cerca de las fronteras. ¿Por qué surge este cambio? Esta nueva decisión tiene que ver con la inseguridad que había en ese momento y con la instalación de pueblos extranjeros (bárbaros). Estos amenazaban constantemente con invadir el territorio.
Como era usual en aquella época, Diocleciano había sido aclamado (es decir, nombrado) emperador por el ejército. No era el único en el imperio, pero logró llegar a estar en Roma y ser respetado. Comenzó a gobernar en el año 284, y como era consciente de la realidad del imperio propuso una forma de gobierno que pensó que se adecuaba a la realidad.
La llamó TETRARQUÍA, porque en lugar de haber un solo gobernante habría 4, no todos de la misma jerarquía ni de la misma importancia. Los dos más importantes eran AUGUSTOS, y los otros dos eran CÉSARES. También entre los dos Augustos y los dos Césares había uno más importante que el otro.
En la mente de Diocleciano esto solucionaba dos problemas gravísimos del imperio:
• primero, porque daba una mejor forma de gobierno a ese imperio tan vasto y complejo de gobernar.
• luego, porque había una forma de sucesión al trono establecida, cosa que como vimos, en la época del 'alto imperio' había causado muchos problemas cuando un emperador moría.
Vean este mapa de las cuatro regiones del imperio, y noten una cosa: Roma ya no es más la capital del imperio.
La capital de la zona gobernada por Diocleciano era Nicomedia, la de la gobernada por Maximiano era Milán (en latín se decía Mediolanum), la de zona gobernada por Galerio era Sirmio (Sirmium) y la de Constancio era Tréveris(Augusta Treverorum).
Lamentablemente, y a pesar de las virtudes de la propuesta de Diocleciano, las cosas no funcionaron. Todavía quedaban muchas luchas por el poder en el imperio romano, muchas regiones que no se sometían a ningún poder central, así que finalmente Diocleciano renunció a su cargo en el año 305. Se retiró a su casa de campo donde murió unos años después.
En esa misma época llegó al poder Constantino, que se convirtió en Augusto, por nombramiento del ejército al morir su padre. Eso fue en el año 305. Durante los siguientes 20 años el poder de Constantino fue en aumento. Primero logró que la tetrarquía se transformara en una triarquía, con 3 Augustos, y luego, quedaron solo dos... y finalmente, en el año 326 Constantino se proclamó DÓMINE que quiere decir Señor y Amo, y gobernó el Imperio sin compartir el poder con nadie.
También se abandonó la idea bastante irreal de que en el imperio romano había ciudadanos (característica del Alto Imperio). Ahora que el emperador era el Dómine, los habitantes del imperio eran sus súbditos.
El reinado de Constantino y la relación con el cristianismo. Durante la época del Alto Imperio, y también durante la crisis y durante la época de Diocleciano y la tetrarquía el cristianismo no era una religión permitida en el imperio romano. Los cristianos eran perseguidos y muchas veces condenados a muerte de maneras diversas: crucificados, echados a las fieras en el circo (como el Coliseo) o abandonados en lugares inhóspitos. Sin embargo, el cristianismo ganaba cada vez más fieles, a pesar de estas circunstancias adversas.
Constantino fue el primer emperador en no perseguir al cristianismo. En el año 313 promulgó un edicto (el EDICTO DE MILÁN) que con su firma, decía que el cristianismo no sería más una religión perseguida. Algunos testimonios antiguos cuentan que antes de una batalla muy importante para él, porque si triunfaba quitaría un enemigo del camino y aumentaría su poder, Constantino vio como una cruz brillante en el cielo. Para él eso era una señal, y como triunfó, decidió que esa religión sería permitida en el imperio. Muchos de sus soldados se convirtieron prontamente al cristianismo. Él no lo hizo sino hasta que sintió la muerte muy cercana.
Barbarización de
las fronteras del imperio romano
Lo primero que recordamos es que durante el Alto Imperio se había producido mucha paz, razón por la cual las personas ya no deseaban participar del ejército. Esto hizo que poco a poco el mismo se fuera debilitando.
Durante este tiempo también muchos pueblos de diferentes orígenes salieron en búsqueda de tierras fértiles y se instalaron en las fronteras del Imperio, así como otros ocuparon tierras abandonadas dentro del Imperio. Esto estaba sucediendo a fines del siglo II d.D.
Durante los años 235-285 esta situación es cada vez mas frecuente.
Los emperadores desesperados por conseguir soldados para su ejército y frenar está situación autorizaron que se quedaran en el imperio. A hora bien es importante destacar que no todos los bárbaros se encontraban en la misma situación: algunos debían actuar como colonos es decir que tenían que trabajar las tierras y además vigilar la frontera, otros realizaron un acuerdo con los emperadores en el cual se establecía que ellos podían quedarse en la ciudad pero a cambio debían participar del ejército y defender los intereses de este.
Pero todo lo narrado anteriormente no se desarrolló como se había pactado durante el siglo III y también durante el siglo IV se produce un aumento del número de bárbaros en la frontera. Esto provocó gran inestabilidad en el Imperio el ejército no lograba dominar la situación y los bárbaros que se encontraban en él ayudaban a los bárbaros que se encontraban en las fronteras.
la presencia de los bárbaros, en la frontera y en el ejército, permitiera que la barbarización avanzara cada vez más, junto con la inseguridad.
Por esta razón, empezó a suceder que muchos habitantes de las ciudades empezaron a abandonarlas, retirándose al campo, por eso hablamos de ruralización.
Muchas personas ricas ya tenían un lugar hacia el cual dirigirse. Eran dueños de grandes latifundios, en los cuales tenían construidas villas (casas de campo muy lujosas y confortables).
Para los más ricos la situación no era sin embargo perfecta. Tenían enormes cantidades de tierra, y casas hermosas y confortables, pero la inseguridad había trastornado muy profundamente la manera en que esas propiedades eran un medio de vida (lujoso) para ellos. Los esclavos que trabajaban sus tierras a veces habían muerto, otras habían huido... y era realmente difícil encontrar esclavos para comprar. Eran muy escasos, y eran cada vez más caros. Obviamente, estar personas no sabían cultivar su propia tierra, no tenían la menor idea de lo que había que hacer.
También las personas menos pudientes abandonaban cada vez más las ciudades, porque eran inseguras, y porque ya no representaban un medio de vida para ellos: los comerciantes no vendían, tampoco los artesanos. Muchos se habían ido al ejército, otros a un convento religioso, y otros... a formar bandas de asaltantes.
La salida al campo era algo nuevo. No tenían tierras, pero podían trabajar, así que cada vez más, comenzaron a ofrecerse a los terratenientes dueños de las villas para trabajar sus campos. Los más pobres necesitaban tres cosas: alimento, vivienda y protección. Los más ricos necesitaban quiénes trabajaran sus tierras.